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sábado, 18 de febrero de 2012

viajes en el tiempo.1-afianzar el futuro

En la última entrada vimos que básicamente existen dos líneas del tiempo: 
 # en el tiempo # el tiempo está distrubuído de tal manera que la persona tiene el futuro delante de sí, el pasado detrás de sí y el presente dentro de sí  
# a través del tiempo # donde el pasado está a su izquierda, el presente está delante de sí y el  futuro está a su derecha. Dependiendo del contexto y de los condicionamientos educativos y culturales, utilizamos un esquema u otro para representarnos los acontecimientos en una secuencia temporal. Para poder moverte por tu línea del tiempo con el objetivo de prevenir y desfacer entuertos cambiando la percepción del pasado, el presente o el futuro, primero tienes que averiguar en detalle cómo está estructurada tu propia línea de tiempo. Aquí puedes ver algunos ejemplos:
Ahora, piensa en algo que te gustaría que sucediera en el futuro, algo acerca de lo que tienes dudas sobre si realmente ocurrirá o no, pero que de verdad te gustaría conseguir. Una vez ubicado el posible suceso en tu línea del tiempo, investiga los detalles: ¿cómo describirías la experiencia? ¿cómo (imágenes, sensaciones, sonidos) la representas internamente? ¿ves una imagen clara, o más bien borrosa? ¿grande o pequeña? ¿cercana o lejana? ¿notas una sensación de firmeza, o la idea es de algún modo inestable? si escuchas algún sonido o una voz ¿cómo lo describirías? Haz un repaso completo por todos los detalles con que te representas la hipotética experiencia futura.
Después de esto, muévete por tu línea del tiempo hasta localizar en el pasado una experiencia que se parezca al máximo a lo que quieras que suceda en el futuro. De nuevo, examina con atención los detalles: ¿en qué se diferencian ambas representaciones, aparte de en su ubicación en la línea del tiempo? ¿en la nitidez, el brillo o el tamaño de las imágenes? ¿en alguna sensación interna? ¿en el tono, el ritmo o el volumen de una voz o sonido?
Si copiamos los detalles (las "submodalidades") de la experiencia pasada y los aplicamos a la correspondiente a un futuro acerca del que aún dudamos, o si directamente colocamos la experiencia (o una copia de ella, a modo de archivo duplicado) en la misma zona en la que se encuentra toda la información referente al pasado (libre, por lo tanto, de dudas), empezaremos a atribuirle las mismas cualidades. Otra posibilidad más es avanzar en la línea temporal  hasta un tercer punto aún más lejano en el futuro, desde el que todo lo anterior ya ha adquirido la certeza de los hechos pasados.  Parece demasiado simplista, lo sé. Pero es que el cerebro tiene mucho que filtrar y simplificar, funciona tomando atajos que acorten el tiempo de respuesta, y estos atajos siguen determinados patrones.
En la próxima entrada, el pasado será el objetivo del viaje en el tiempo. Hasta entonces, recuerda que puedes compartir tus comentarios.

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