Archivo del blog

Etiquetas

domingo, 26 de febrero de 2012

viajes en el tiempo.2-reinterpretando el pasado

En la entrada anterior, vimos cómo podemos acceder por anticipado al futuro para hacer más probable que se desarrolle en nuestro mejor interés.
Viajemos ahora en sentido contrario y mejoremos también nuestra percepción e interpretación del pasado. ¿Hay algún recuerdo que aún tenga una influencia negativa en tu vida,y cuya intensidad te gustaría reducir?
¿Algo que, si piensas en ello fríamente, eres consciente de que ya no debería afectarte hoy, pero que sigue siendo un freno, un estorbo, o simplemente te hace sentir mal innecesariamente? No todas las experiencias dolorosas entran en esta categoría; algunas veces, las vida nos da lecciones  muy importantes de un modo áspero, traumático. Precisamente por este motivo, reconozcamos que el 99% de nuestros agobios no son realmente tan importantes (por no decir que, en la mayoría de los casos, son completamente irrelevantes), y hagamos algo para pasar página, dejarlos atrás y disfrutar del resto de nuestra vida.
Una vez identificado el recuerdo molesto, la idea no es "borrarlo de tu memoria", sino recordarlo, representarlo y reinterpretarlo de una manera más efectiva. Para conseguirlo, necesitas localizar otro recuerdo diferente: algo que en su momento también te provocara reacciones emocionales negativas, pero que ya no te afecta lo más mínimo, porque hace tiempo que lo tienes totalmente superado.
¿En qué son diferentes ambas experiencias? No me refiero al contenido, sino a CÓMO son diferentes: ¿en una estás asociado (lo reexperimentas en primera persona: actúas), y en otra eres simplemente un observador (disociado)? ¿tienen las imágenes el mismo tamaño, claridad o brillo? ¿dónde está cada una? ¿tu diálogo interno usa las mismas voces, o hay diferencias en tono, volumen, número de voces, procedencia? ¿en qué se diferencian las sensaciones asociadas? Lo importante es identificar lo que distingue a ambas experiencias (si algún elemento coincide, entonces no es relevante, no es lo que hace que resulten distintas).
El último paso consiste en sustituir las cualidades sensoriales (con independencia del contenido) para igualar la interpretación de los dos recuerdos. Si la imagen de la experiencia aún dolorosa es dinámica, grande, brillante y cercana, mientras que la del recuerdo ya inofensivo ha perdido tamaño, es más borrosa, lejana y estática, aplicando las mismas cualidades iremos igualando lo que sentimos hacia ambos recuerdos. Haz lo mismo con la parte auditiva y con las sensaciones asociadas para abarcar todos los aspectos representativos de la experiencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario